Nunca, como ahora, la regulación emocional ha sido considerada tan importante por los especialistas y es que esta puede apartar lo negativo que surja por el confinamiento y ayuda al desarrollo de nuestra inteligencia emocional.
Por Koko Zavala. 03 junio, 2020.La licenciada Rosa Cornejo Briceño, psicóloga ocupacional del Área Departamental de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Piura, dirigió la conferencia en línea “Cómo gestionar mis emociones durante la cuarentena”, charla que forma parte de las jornadas de capacitación dirigidas a los trabajadores de todas las áreas y facultades de la UDEP.
La especialista señaló que “cada área o dimensión de desarrollo de nuestras vidas, no están al cien por ciento equilibradas en estos momentos. La salud, autoestima, empleo, familia, dinero y finanzas, recreación y relación de pareja, definitivamente se han visto afectadas unas más que otras por las circunstancias actuales”.
Refirió que las relaciones sociales son las más afectados. “No tenemos el contacto directo con nuestros amigos o familiares, y aunque usemos herramientas tecnológicas, el deterioro es evidente por el confinamiento al que estamos sometidos”.
“Es imposible que alguien diga tener equilibradas sus áreas al cien por ciento. Sin embargo, otras se han visto fortalecidas. De repente ahora no tengo ingreso económico, pero he fortalecido el aspecto familiar, paso mucho más tiempo con mis hijos, he mejorado la comunicación con mi cónyuge. Cada uno en cada hogar vive una realidad totalmente diferente”, subrayó.
Emociones básicas
Al referirse a las emociones básicas como el asco, la ira, la felicidad, la tristeza y el miedo, destacó la importancia de reconocerlas para poder gestionarlas.
Las emociones son reacciones psicofisiológicas, automáticas, que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un suceso o recuerdo importante. “Todas las emociones se expresan a través del cuerpo, si tengo pena o tristeza lloro o si estoy molesto es probable que mi ritmo cardíaco se acelere; y si tengo miedo pasa lo mismo.”
“No existen emociones buenas ni malas. Son reacciones naturales a algo que nos puede estar afectando. Las emociones son agradables, como la felicidad; o desagradables como la tristeza, lo importante es cómo reaccionamos ante ellas. Al ser propias de nuestra naturaleza, tenemos que reconocerlas y saber gestionarlas”, reiteró.
Todo esto se relaciona con la inteligencia emocional o capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y controlar sus emociones y las de los demás con eficiencia, generando resultados positivos. En otras palabras, es saber gestionar nuestras emociones para que no afecten a los demás o nos llevemos bien con los demás. Con esta crisis que vivimos, necesitamos ser emocionalmente inteligentes y evitar de esta manera enfermarnos, explicó la psicóloga Cornejo.
“No hacer caso, esquivar o dejar de lado lo que nos quieren decir las emociones hacen que estas se acumulen pudiendo provocar un desborde, como llorar por una cosa insignificante. A esto se le conoce como torpeza emocional. La inteligencia emocional no tiene nada que ver con controlar las emociones en el aspecto de suprimirlas, sino con reconocerlas, identificarlas y gestionarlas”.
Desarrollo emocional
Al concluir su exposición, la licencia Cornejo dio algunos consejos para desarrollar una inteligencia emocional saludable, como: iniciar el día con actividades que despierten la mente, con música, ejercicios; consumir proteínas frutas y grasas saludables y mantener la curiosidad aprendiendo cosas nuevas.
También recomienda realizar pausas activas cada hora para que descanse el cerebro, ponerse en los zapatos de los demás para formar vínculos personales y enfocarse en una sola cosa a la vez: Realizar multitareas, dijo, genera estrés.
Finalmente, recomendó alejarse de las personas tóxicas y tomar el autocontrol de las emociones.
